La economía azul: los beneficios de invertir en el cuidado del océano
La economía azul entiende que los océanos tienen el potencial necesario para lograr un desarrollo sostenible mientras que hacemos frente a los retos del siglo XXILa humanidad lleva dependiendo del mar desde hace siglos, desde hace mucho antes de empezar a navegar sus aguas o pescar sus peces. El mar es salud y es vida. Regula el clima, es una de las principales reservas de biodiversidad y absorbe alrededor del 30 % del dióxido de carbono producido por los humanos. No por nada, el 40 % de la población mundial habita próximo a sus orillas. La vida tiende a desarrollarse cerca de esta gran masa de agua. Y con la vida, también la economía. Precisamente hoy abordaremos qué es la economía azul, ese nexo entre sostenibilidad, economía y océano.
¿Qué voy a leer en este artículo?
¿Qué es la economía azul?
Los océanos, mares y zonas costeras contribuyen a la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza. Más de 3.000 millones de personas utilizan los océanos para su sustento y el 80 % del comercio mundial se realiza a través de los mares.
Sin embargo, somos las personas y la forma en la que explotamos la naturaleza la principal amenaza para los océanos. Priorizamos los beneficios económicos a expensa de la degradación ambiental y, como consecuencia, los mares experimentan acidificación, contaminación, aumento de la temperatura, pérdida de especies…
Los problemas que sufren los ecosistemas marinos tienen repercusión más allá de las costas, sobre todo el planeta. Y amenazan nuestros medios de subsistencia y la vida tal y como la conocemos. Por eso es necesaria una acción urgente que proteja a los océanos y a las personas que dependen de ellos.
Con esta intención nace la economía azul, un concepto que comprende todas las actividades que están vinculadas al agua, el mar y los océanos. Se basa no solo en formas de utilización más tradicionales (por ejemplo, pesca y acuicultura), sino que también combina una visión más amplia de actividades que pueden ofrecer importantes fuentes de desarrollo económico sostenible.
Es la clave para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14, Vida debajo del agua, de la Agenda 2030. Una economía azul sostenible permite a la sociedad obtener valor de los océanos y las regiones costeras, al tiempo que respeta su capacidad a largo plazo para regenerarse y restaurar la salud de sus ecosistemas.
“Una economía azul sostenible permite a la sociedad obtener valor de los océanos y las regiones costeras, al tiempo que respeta su capacidad a largo plazo para regenerarse y la salud de sus ecosistemas”.
¿Qué engloba la economía azul?
Según señala este informe de la Unión Europea (UE), la economía azul engloba todas las actividades económicas sectoriales e intersectoriales basadas o relacionadas con los océanos, mares y costas.
Incluye negocios existentes como la pesca, el turismo costero y el transporte marítimo, también se enfoca en el desarrollo de nuevos sectores emergentes que eran casi inexistentes hace 20 años, como el secuestro de carbono azul, la producción de energía renovable marina y la biotecnología. Actividades que crean oportunidades de negocio, desarrollo y empleo, pero que también luchan contra el cambio climático.
Según las cifras más recientes, los sectores establecidos de la economía azul de la UE crearon cerca de 4,45 millones de empleos y generaron alrededor de 667.200 millones de euros en facturación y 183.900 millones de euros en valor añadido bruto.
El informe destaca el sector de los recursos vivos (pesca y agricultura), como uno de los que ha experimentado un mayor crecimiento. En 2019, conseguía unas ganancias brutas valoradas en 7.200 millones de euros, un aumento del 41 % con respecto a 2009. De la misma manera, el sector de las energías renovables marinas (principalmente eólica marina), también ha experimentado tendencias crecientes, con un aumento del empleo del 17 % en 2019 (respecto a 2018).
Destaca especialmente el crecimiento de la energía eólica marina. El primer parque eólico marino se erigió en 1991 en Dinamarca, y la cantidad de parques eólicos marinos fue de 162 en 2020, según WFO. Según el informe Offshore Wind Outlook 2019 de la Agencia Internacional de Energía (IEA), la energía eólica marina tiene el potencial de generar más de 18 veces la demanda mundial de electricidad en la actualidad.
¿Cómo ayuda al planeta la economía azul?
La economía azul busca resolver algunos de los grandes retos a los que se enfrenta la población mundial. Es considerada por la Unión Europea una pieza clave tanto para el Pacto Verde Europeo como para la recuperación económica tras la crisis del coronavirus. «Es también indispensable para cumplir los objetivos medioambientales y de clima de la Unión Europea», señala la Comisión Europea.
Los océanos no son solo una fuente de empleo y de riqueza. Sobre los ecosistemas marinos se sostiene la vida del planeta y el correcto funcionamiento de los servicios ecosistémicos. En este sentido, la economía azul tiene el potencial para lograr un desarrollo sostenible, que no comprometa la vida sobre el planeta del mañana.
Contribuye a la mitigación del cambio climático mediante el desarrollo de energías renovables en alta mar, la descarbonización del transporte marítimo y la ecologización de los puertos. Lo mismo ocurre con el desarrollo de infraestructura verde en las zonas costeras, que ayudará a preservar la biodiversidad y los paisajes, al mismo tiempo que beneficiará al turismo y la economía costera. Además, es el marco bajo el que se impulsarán proyectos destinados a fomentar la economía circular del sector, enfocado en el reciclaje de barcos y el desmantelamiento de plataformas marinas.
La economía azul nos da la oportunidad de producir recursos económicos gracias a los océanos al mismo tiempo que restauramos los ecosistemas dañados y se introduce tecnología innovadora que nos ayude a gestionar de forma eficiente y sostenible todo lo que los mares nos ofrecen.
Fuentes: