¿Qué son los ríos atmosféricos y por qué están cambiando los patrones climáticos del mundo?
Además de haber aumentado en frecuencia e intensidad, se ha observado que los ríos atmosféricos también se están desplazando hacia los polos.Existen ríos que fluyen a kilómetros de altura, flotando en el aire y siendo arrastrados por el viento. No corren por la tierra, no contienen agua líquida ni desembocan en el mar. Se trata de los ríos atmosféricos, alargadas masas de vapor de agua que se convierten en intensas lluvias y llegan a provocar inundaciones, cortes de energía y otro tipo de dificultades. Consecuencias que, además, se agravan con el cambio climático. Te contamos qué son los ríos atmosféricos y por qué son cada vez más protagonistas en las noticias de muchos puntos del planeta.
¿Qué voy a leer en este artículo?
- Qué son los ríos atmosféricos
- ¿Por qué pueden ser peligrosos?
- ¿Cuándo se producen?
- ¿En qué se diferencian de las tormentas?
- El caso de Chile
- El caso de España
- Cómo mitigar los efectos de los ríos atmosféricos
¿Qué son los ríos atmosféricos que fluyen sobre el cielo? Te explicamos este fenómeno
En la atmósfera hay grandes cantidades de agua en estado gaseoso. Es lo que conocemos como vapor de agua. Donde se encuentra más concentrado es en los trópicos debido a las altas temperaturas y la humedad. Es decir, este vapor de agua no se distribuye de forma equitativa por todo el planeta. En lugares como el desierto de Atacama, por ejemplo, apenas hay. Pero se mueve, llegando a recorrer cientos de kilómetros por encima de nuestras cabezas.
Es lo que se conoce como ríos atmosféricos. Son delgados, alargados y transportan agua, tal como los ríos que todos conocemos. La diferencia está en que los ríos atmosféricos la transportan en forma de vapor altamente concentrado. “De hecho, cuando uno hace el cálculo del agua que transportan, en muchos casos es comparable a grandes ríos, como el río Puelo, el Baker o el Amazonas”, explicó el director del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia, CR2, René Garreaud en esta charla organizada por PrensaCR2 sobre el tema.
¿Por qué son peligrosos los ríos atmosféricos?
Los ríos atmosféricos son fenómenos climáticos cruciales en el transporte de agua desde regiones tropicales hacia latitudes más alejadas. Funcionan como verdaderos conductos de humedad en la atmósfera, moviendo grandes cantidades de vapor de agua que, al interactuar con sistemas montañosos u otras barreras terrestres, se transforman en precipitaciones significativas en forma de lluvia o nieve.
Esta capacidad de transportar y liberar agua los convierte en actores fundamentales en el ciclo hidrológico global. Sin embargo, su impacto no siempre es benigno. La clasificación de los ríos atmosféricos, que va de categoría 1 a 5, refleja la variabilidad en su intensidad y duración.
Un río atmosférico de categoría 1 puede ser relativamente débil, con precipitaciones moderadas y de corta duración. En contraste, un río atmosférico de categoría 5 se caracteriza por un flujo extremadamente intenso y sostenido, capaz de desencadenar lluvias torrenciales que pueden durar varios días y provocar inundaciones.
¿Cuándo es más probable que ocurran?
En el hemisferio norte, estos fenómenos son más frecuentes durante los meses de invierno, especialmente desde noviembre hasta marzo. Durante este periodo, las diferencias de temperatura entre el ecuador y las latitudes más altas intensifican los flujos de humedad que forman los ríos atmosféricos.
Geográficamente, las áreas costeras del Pacífico, como la costa oeste de América del Norte, son particularmente susceptibles a la incidencia de ríos atmosféricos. En estas regiones, las montañas actúan como barreras que obligan al vapor de agua a condensarse y precipitar al tocar tierra, lo que puede resultar en fuertes lluvias y nevadas.
Además, condiciones climáticas específicas, como la presencia de fenómenos como El Niño, pueden aumentar la frecuencia e intensidad de los ríos atmosféricos.
¿Qué diferencia existe entre ríos atmosféricos y otras tormentas?
La diferencia principal es que las tormentas comunes se forman a partir de sistemas de baja presión y pueden incluir fuertes vientos, relámpagos, y en el caso de los huracanes, una estructura ciclónica bien definida. Sin embargo, los ríos atmosféricos son largos corredores de humedad en la atmósfera.
Esto supone que, mientras que las tormentas eléctricas pueden formarse rápidamente y disiparse en horas, los ríos atmosféricos pueden durar varios días, influyendo significativamente en las condiciones meteorológicas de regiones extensas.
Además, aunque las tormentas eléctricas pueden causar inundaciones locales, los ríos atmosféricos, especialmente los de categorías más altas, tienen el potencial de causar inundaciones severas y generalizadas debido a la cantidad masiva de precipitación que pueden liberar.
Los ríos atmosféricos desbordan Chile
El concepto de río atmosférico ya es familiar para los chilenos. En junio de 2023, Chile experimentaba las lluvias más fuertes en los últimos 30 años registradas en la zona centro y sur del país. Unas precipitaciones que dejaron dos muertos, tres desaparecidos y cerca de 10.000 personas aisladas, sobre todo en zonas rurales.
Aunque las intensas lluvias también dieron un respiro a la “megasequía” que afectaba a la región central de Chile, considerada como la más larga y grave en mil años, según el informe Estado del Clima en América Latina y el Caribe de la Organización Meteorológica Mundial.
“En junio, Chile experimentaba las lluvias más fuertes en los últimos 30 años”.
California, en Estados Unidos, vivió un episodio similar, con más de una decena de tormentas provocadas por ríos atmosféricos en una misma temporada. En marzo de 2023, el Gobernador de California, Gavin Newsom, declaró la emergencia en 21 condados y solicitó una declaración presidencial de emergencia para autorizar la ayuda federal debido al riesgo de crecidas consecuencia de estos fenómenos.
Los ríos atmosféricos también salpican España
En España, los ríos atmosféricos son responsables de algunos de los eventos meteorológicos más extremos de los últimos tiempos. Por ejemplo, la histórica nevada de enero de 2021, conocida como la tormenta Filomena, fue en gran parte causada por un río atmosférico que transportó grandes cantidades de vapor de agua desde el Atlántico hasta la península ibérica. Este fenómeno dejó a su paso acumulaciones de nieve sin precedentes en muchas regiones y paralizó ciudades como Madrid, donde causó importantes daños materiales.
A principios de octubre de 2024 España se enfrentó nuevamente a la influencia de estos ríos atmosféricos. Aunque el exhuracán Isaac no llegó directamente al territorio español, su presencia facilitó la entrada de un río atmosférico cargado de humedad.
Este fenómeno causó lluvias significativas en el norte del país, con precipitaciones estimadas entre cuarenta y sesenta litros por metro cuadrado. Así, los ríos atmosféricos continúan siendo un factor determinante en el comportamiento del clima en la región.
Cabe recordar que no todos los ríos atmosféricos causan daños; la mayoría son sistemas débiles que a menudo proporcionan lluvia o nieve, cruciales para el suministro de agua.
Pero las imágenes de ríos desbordados, puentes dañados, caminos interrumpidos y pasos fronterizos cerrados invitan a reflexionar sobre la relevancia que van adquiriendo las infraestructuras resilientes a medida que el cambio climático incrementa la intensidad y frecuencia de este tipo de eventos.
Los ríos atmosféricos se están desplazando a los polos
Un estudio reciente de la revista Science Advances revela que los ríos atmosféricos han mostrado un desplazamiento entre 6 y 10 grados hacia los dos polos en los últimos 40 años. Según los expertos, uno de los factores que ha contribuido a este fenómeno son los cambios en la temperatura superficial del mar en el Pacífico oriental tropical.
Este desplazamiento estaría intensificando las lluvias en latitudes más altas (Canadá, norte de Europa…), aumentando así la frecuencia de inundaciones y deslizamientos de tierra. En el Ártico, el incremento en la intensidad de los ríos atmosféricos podría acelerar el derretimiento del hielo marino, con consecuencias significativas para el clima global. Por último, en las latitudes subtropicales (California, México, Argentina, sur de Brasil…), la disminución de la aparición de estos ríos prolongaría la duración de las sequías.
Construir un mundo hoy capaz de resistir el cambio climático del mañana
“El urbanismo debe ser resiliente, y pensarse teniendo en cuenta más que nunca al medioambiente porque los fenómenos extremos se repiten con más frecuencia”, apuntaba el catedrático de Geografía Ángel Pueyo de la Universidad de Zaragoza en La Ser, según recoge este artículo de El País.
Cada vez más ciudades de todo el mundo buscan formas de construir infraestructuras resilientes y regenerativas como respuesta a la consecuencia de la crisis climática. Sistemas diseñados no solo con el objetivo de cubrir las necesidades actuales, sino también de ser capaces de adaptarse a las demandas del mañana.
“El urbanismo debe ser resiliente, y pensarse teniendo en cuenta más que nunca al medioambiente porque los fenómenos extremos se repiten con más frecuencia”.
Los ríos atmosféricos han estado causando lluvias extremas en diversas partes del mundo. En este contexto, las infraestructuras resilientes se presentan como un modelo a seguir en la adaptación a los eventos climáticos extremos, cada vez más frecuentes.
Es el caso del canal antinundaciones Fargo-Moorhead. Esta obra de ingeniería, que ha sido premiada en los PFI Awards 2021, se encuentra entre Fargo, Dakota del Norte, y Moorhead, Minnesota, en Estados Unidos.
El canal ha sido construido para dar una respuesta anticipada y estratégica a las futuras inundaciones. ACCIONA, como responsable de la construcción y operación del canal, ha diseñado un sistema de 48 kilómetros de longitud para desviar las aguas y proteger a las comunidades locales.
El proyecto incluye una serie de infraestructuras como presas, canales, puentes y otras estructuras que controlen los posibles futuros desbordamientos del río. Además, contempla la restauración de áreas naturales y de humedales de la zona. Una vez completado, protegerá a más de 235.000 personas de los principales núcleos de población entre Fargo y Moorhead.
A medida que la frecuencia y la intensidad de estos eventos continúan aumentando, la necesidad de infraestructuras resilientes y adaptativas como el canal Fargo-Moorhead se vuelve más urgente. Este proyecto pionero demuestra cómo la ingeniería y planificación pueden trabajar juntas para proteger nuestras ciudades y comunidades frente a la creciente amenaza del cambio climático.
Fuentes: