La muerte silenciosa de los idiomas del mundo, otra consecuencia del cambio climático

El cambio climático nos deja sin palabras, literalmente. Alrededor del 90 % de todos los idiomas se extinguirán en los próximos 100 años.
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Cada 40 días muere una lengua. Palabras, expresiones y mensajes que se pierden para siempre. ¿La causa? Los lingüistas señalan que la pérdida de los idiomas se acentúa por el cambio climático. A medida que aumentan las temperaturas se incrementa también el ritmo al que desaparecen pedazos de culturas indígenas de todo el mundo. Según sus cálculos, al ritmo actual, alrededor del 90 % de todos los idiomas se extinguirán en los próximos 100 años. Te contamos cómo lo explican.

¿Qué voy a leer en este artículo?

 

La mitad de los idiomas ya está en peligro por el cambio climático

En Roma, la premiada película del mexicano Alfonso Cuarón, las criadas que hilan la historia hablan español, pero también hablan en mixteco, su lengua materna. En el estado de Oaxaca, México, aún existen personas que se comunican en este idioma minoritario. Pero, tal y como ocurre con idiomas de todo el mundo, el número va descendiendo según pasan los años y las generaciones. De hecho, fuera de la película, Yalitza Aparicio, la protagonista de la cinta y de origen indígena, no hablaba esta lengua.

La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas estudió la situación de 62 idiomas en México y descubrió que 22 estaban en peligro de desaparición, dentro de los cuales están grandes grupos lingüísticos como el otomí y el maya.

La mitad de los idiomas que existen hoy en todo el mundo se extinguirá durante este siglo. En el caso de América Latina y el Caribe, uno de cada 5 pueblos indígenas ya ha perdido su idioma nativo: en 44 de esos pueblos ahora hablan español y en 55 lo hacen en portugués.

 

“La mitad de los idiomas que existen hoy en todo el mundo se extinguirá durante este siglo”.

 

Según The Lenguaje Conservancy, desde 1950, la cantidad de idiomas únicos que se hablan en todo el mundo ha disminuido constantemente. Hoy en día, el 61 % de los idiomas de todo el mundo que se hablaban como primera lengua en 1795 están condenados o extinguidos. Ahora mismo se dejan de hablar 9 idiomas al año, o uno cada 40 días. Si no abordamos el problema de la pérdida de idiomas, más de la mitad de ellos se extinguirán en los próximos 100 años.

Los idiomas que hablamos miden la profundidad del mosaico de la diversidad humana en todo el mundo. Un tesoro cultural cuyo peligro se acentúa con el calentamiento global.

 

Las migraciones climáticas se dejan por el camino cientos de lenguas

Las razones por las que las lenguas indígenas están desapareciendo no obedecen estrictamente a procesos lingüísticos como la (no) transmisión entre generaciones, conflictos políticos, falta de reconocimiento legal.

La crisis climática también es un factor determinante. Muchas comunidades lingüísticas pequeñas están ubicadas en islas y costas vulnerables a los huracanes y al aumento del nivel del mar. Otras comunidades están asentadas en tierras donde los aumentos de temperatura y las fluctuaciones de las precipitaciones pueden amenazar las prácticas agrícolas y pesqueras tradicionales.

Estos cambios obligarán a las comunidades a reubicarse, creando refugiados del cambio climático. Las catástrofes provocaron 23,7 millones de desplazamientos internos en 2021 y en su mayoría fueron de origen meteorológico.

La migración de personas resultante provoca la fragmentación de las comunidades lingüísticas y un mayor contacto con otros idiomas. Estos cambios repercuten  sobre los idiomas minoritarios, a los que ya les cuesta sobrevivir.

 

Sube el nivel del mar y el riesgo de que los idiomas desaparezcan bajo el agua

En los últimos 10 años, Asia y el Pacífico han sido las regiones más afectadas del mundo por los desplazamientos, con los países insulares del Pacífico entre los más perjudicados con relación al tamaño de su población.

Con 110 lenguas en solo 12.189 kilómetros cuadrados, la isla de Vanuatu es el país con mayor densidad de lenguas: una por cada 111 kilómetros cuadrados. Ubicado en el Pacífico Sur, también es uno de los lugares más amenazados por la subida del nivel del mar.

Muchas pequeñas comunidades lingüísticas están en islas y costas vulnerables a los huracanes y a la subida del nivel del mar”, cuenta Anastasia Riehl, directora de la unidad lingüística Strathy en la Queen's University en Kingston (Ontario, Canadá) para eldiario.es. Otras viven en tierras donde el aumento de la temperatura amenaza a la agricultura y a la pesca tradicional, lo que provocará migraciones. “Cuando entra en escena el cambio climático, el trastorno para las comunidades es aún mayor”, añade. “Es un efecto multiplicador, el último clavo en el ataúd”.

 

Cuando desaparece un idioma, nos despedimos de un pedazo de la humanidad

Con las lenguas indígenas desaparecen inevitablemente un conjunto de conocimientos ambientales, tecnológicos, sociales, económicos o culturales que sus hablantes han acumulado y codificado a lo largo de milenios”, afirma German Freire, especialista en desarrollo social del Banco Mundial y autor del informe Latinoamérica Indígena del siglo XXI.

Para tratar de frenar la pérdida de estas lenguas, la ONU puso en marcha el pasado diciembre el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas. El objetivo es garantizar el derecho de los pueblos indígenas a preservar, revitalizar y promover sus lenguas, e integrar los aspectos de la diversidad lingüística y el multilingüismo en los esfuerzos de desarrollo sostenible.

Con cada lengua indígena que se extingue, desaparecen el pensamiento, la cultura, la tradición y el conocimiento que encierra. Permitir que desaparezca un idioma es similar a la quema de libros o al bombardeo de museos durante las guerras. Un pedazo de la humanidad, de su historia y de su manera de entender el mundo desaparece para siempre cuando esto sucede.

 

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