Estrategias ante el cambio climático: mitigación

El objetivo de las estrategias de mitigación es alcanzar una estabilización de las emisiones de GEI a la atmósfera, tomando como referencia las del año 1990. 

La entrada en vigor del Protocolo de Kyoto en 2005, suscrito en 1997 en el contexto de la CMNUCC, puso en marcha medidas de reducción y limitación de emisiones asumidas por una treintena de países industrializados, que, para el año 2012, deberían haber supuesto una disminución del 5,2% respecto a los niveles del año 1990.

La Comunidad Europea asumió una disminución global del 8% de sus emisiones; Japón y Canadá, de un 6%. Países como la Federación Rusa o Nueva Zelanda se comprometieron a mantener sus emisiones en el nivel del año 1990. La administración federal de EE. UU. – país que emite el 35% del total mundial - decidió en el año 2000 no ratificar Kyoto, pero, posteriormente, distintos Gobiernos de Estados federados han aprobado planes de limitación de emisiones y el Gobierno Federal se ha mostrado favorable a la reducción del 50% de las emisiones para el año 2050. 

Mecanismos de flexibilidad

Además de asignar cuotas de emisión, Kyoto incluyó distintos mecanismos de flexibilidad susceptible de contribuir al logro de los objetivos asumidos por cada parte firmante: el mercado de emisiones, los mecanismos de desarrollo limpio – MDL –, los mecanismos de acción conjunta - AC -, la mejora de la gestión agrícola, la transferencia tecnológica y la reforestación.

A pesar de todo ello, según un informe publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), las emisiones de los Veintisiete bajaron por término medio un 2,5% entre 2010 y 2011, si bien subieron en varias naciones como España, hasta un 0,1%. 

• Cuotas de emisión

En 2003, la Comunidad Europea asignó a cada país miembro unas cuotas de emisión en función de su grado de desarrollo: impuso reducciones del 21% para Alemania y Dinamarca, el 13% para Austria, el 12,5% para el Reino Unido y el 6,5 % para Italia; y estableció limitaciones del incremento de un 13% para Irlanda, un 15% para España, un 25% para Grecia y un 27% para Portugal. Así mismo, determinó dos fases temporales para el cumplimiento de estas cuotas: una inicial, de puesta en marcha, 2005/2007, y la más larga, 2008/2012, cuando se deberían ajustar más intensamente las políticas de mitigación. A partir de 2012 ha sido la Comisión Europea quien ha fijado las cuotas de emisión para todas las industrias del territorio UE, incluidas las de los sectores químico y del aluminio, de manera que se eviten perjuicios comparativos entre países; cada industria emisora deberá adquirir su cuota en subasta pública.

• Mercado de emisiones

Los derechos de emisión asignados son transferibles entre particulares y estados. Quienes rebasen su cuota de emisión pueden acudir al mercado de comercio de emisiones y adquirir derechos cedidos por quienes no han agotado sus respectivas cuotas. El precio fluctúa de acuerdo a la demanda y al grado de restricciones impuesto por las administraciones públicas.

• Mecanismos de desarrollo limpio: MDL

Para contribuir al cumplimiento de una parte de sus compromisos, las partes firmantes que asumieron reducciones y limitaciones, pueden descontar de sus emisiones las evitadas en países terceros, en vías de desarrollo o liberados de asumir estrategias de mitigación en Kyoto, a través de proyectos de producción de energía mediante fuentes renovables, proyectos de reforestación, de mejora de la eficiencia energética, de movilidad y agricultura sostenibles, etc. Dichos proyectos deben contar con la participación voluntaria de ambas partes concernidas. Los promotores pueden ser entidades privadas y públicas.

• Mecanismos de aplicación conjunta: AC

De similares características a los mecanismos de desarrollo limpio pero acordados entre países que han asumido compromisos de mitigación. Estos países pueden transferirse entre sí reducciones de emisiones certificadas a través de proyectos conjuntos.

Es importante resaltar que mitigar el ritmo de incremento del problema no significa terminar con él y, de ahí, la aprobación de las estrategias de adaptación cuyo objetivo es alertar, prevenir y preparar para las consecuencias del cambio climático. En este aspecto, es interesante también conocer las prospectivas medioambientales de la OCDE para 2030.

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