Origen de los huertos urbanos
Origen de los huertos urbanos.Durante la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos comienza a usarse esta forma de cultivo en las ciudades, y se llegan a consumir hasta un 40% de alimentos procedentes de los huertos urbanos. Pasan a denominarse “Victory gardens” o War gardens”. Se habían convertido en indispensables ya que durante las dos grandes guerras muchos países europeos no se podían permitir depender de las importaciones y había que asegurarse el alimento.
Estados Unidos, Alemania o Reino Unido usaban gran variedad de terrenos para este tipo de cultivo urbano, como campos de fútbol o parques y jardines, acompañándolo de propaganda para fomentar su uso. A partir de los años 60 vuelven a resurgir, pero ya de la mano de movimientos ecologistas y de rechazo al sistema. En muchos otros países en la actualidad se produce de esta manera debido a la necesidad, como en Cuba por ejemplo, pero en los más desarrollados se está implantando como eficaz alternativa a la cesta de la compra en los supermercados.
Huertos urbanos: ¿Qué necesito para tener uno?
Además de un espacio con toda la luz directa posible, dependiendo del terreno del que dispongas podrás cultivar mayor cantidad y variedad de alimentos. Lo ideal es poder aprovechar una terraza o una azotea. Si no es posible, puedes organizarte para montar tu huerto urbano en un balcón o frente a una ventana con bastante luz gracias a los huertos verticales.
Actualmente muchos son los modelos de recipientes que puedes encontrar para llevar a cabo tu cultivo en casa, como los huertos en altura de diferentes tamaños, pero su cuentas con menos espacio puedes fácilmente utilizar diferentes macetas o un huerto vertical, y para plantar las semillas con cualquier recipiente pequeño (los de los yogures son ideales para esto) puede servir.
En cuanto a la tierra, lo ideal es comenzar con un buen sustrato vegetal y abonos orgánicos, para fomentar el reciclaje y porque así la calidad de la verdura u hortaliza es mejor.
Para el riego, se puede hacer de manera manual o más adelante poner un sistema de riego automático, sobre todo para cubrir también las épocas en las que no estemos en casa o nos vayamos de vacaciones.