El éxodo invisible (para el derecho internacional) de los refugiados climáticos

Si no logramos mitigar el cambio climático, podremos superar los 140 millones de refugiados climáticos en 2050.
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En un mundo cada vez más caluroso, donde el clima extremo y los desastres naturales cada vez se suceden con más frecuencia, emerge una nueva clase de desplazados: los refugiados climáticos. Mientras que las imágenes de conflictos bélicos y crisis políticas suelen dominar las noticias sobre refugiados, una amenaza menos visible pero igualmente devastadora está obligando a más y más personas a abandonar sus hogares.

¿Qué voy a leer en este artículo?

 

La realidad de los refugiados climáticos

Hbiba Ali y sus dos hijos, de dos y de tres años, llegan a la frontera entre Somalia y Etiopía después de recorrer Somalia a pie durante cuatro días. Allí les espera su nuevo hogar: el campo de desplazados de Kaxareey. El cambio climático ha provocado que su país no deje de encadenar sequía tras sequía.  

“Vivíamos del ganado, pero ya no había forma de mantenerlo vivo. Cuando se mueren tus animales, mueres con ellos. Por eso nos marchamos. Los pozos de donde sacábamos agua se han secado. Aquí tampoco tenemos nada, pero no tenemos otro sitio, y confiamos en conseguir ayuda”, es el testimonio de esta desplazada que recoge El País.

Los refugiados climáticos son personas que, como Hbiba Ali y su familia, se ven obligadas a abandonar sus hogares y comunidades debido a los cambios drásticos en su entorno local. Estos cambios pueden incluir una variedad de fenómenos extremos relacionados con el clima, como inundaciones, sequías, incendios forestales y tormentas violentas, así como cambios más graduales como la subida del nivel del mar y la desertificación.

Cuando el cambio climático te obliga a emigrar

 

Según los datos proporcionados por ACNUR, en 2022, más de la mitad de los nuevos desplazamientos reportados fueron provocados por desastres climáticos. Esto se traduce en que casi 32 millones de personas tuvieron que abandonar sus hogares debido a amenazas relacionadas con el clima. Si comparamos estos datos con los del año 2008, podemos observar un aumento significativo del 41% en este tipo de desplazamientos. El Banco Mundial advierte que, si no se toman medidas para mitigar el cambio climático, podremos superar los 140 millones de personas en 2050.

 

“En 2022, casi 32 millones de personas tuvieron que abandonar sus hogares debido a amenazas relacionadas con el clima”.

 

El vacío legal que desafía a los refugiados climáticos

Una de las particularidades de estos desplazados es que quienes huyen de desastres climáticos terminan por encontrar refugio en otro punto dentro su propio país. Esta condición hace que enfrenten una serie de desafíos únicos, ya que a menudo se quedan fuera de las definiciones legales tradicionales de refugiados y, por lo tanto, es más difícil para ellos acceder a la protección y el apoyo necesarios.

La Convención sobre Refugiados de 1951 ofrece protección sólo a quienes huyen de la guerra, la violencia, los conflictos o la persecución y han cruzado una frontera internacional para encontrar seguridad. Otro escollo es que el concepto "Refugiados climáticos" no está reconocido en el derecho internacional.

 Sin embargo, el cambio climático incrementa el riesgo de padecer violencia. Por ejemplo, en 2021, en el norte de Camerún, cientos de personas murieron y decenas de miles huyeron al país vecino, Chad, tras la violencia que se desencadenó entre pastores y pescadores provocada por la disminución de los recursos hídricos a causa de las sequías del cambio climático.

El cambio climático multiplica las amenazas existentes. Magnifica el impacto de otros factores que pueden contribuir al desplazamiento, como la pobreza, la pérdida de medios de vida y las tensiones relacionadas con la disminución de los recursos, generando situaciones que pueden provocar la necesidad de huir de una región por pura supervivencia.

En Burkina Faso, tal como relata ACNUR, se han vivido terribles episodios de violencia por parte de grupos armados. Desde noviembre de 2022, más de 60.000 solicitantes de asilo burkineses han huido a países costeros vecinos como Côte d'Ivoire, Togo, Ghana y Benín.

Algunas de las peores situaciones se han producido en las zonas más pobres y afectadas por la sequía, donde los grupos armados se han aprovechado de las tensiones por el acceso a fuentes de agua y recursos naturales cada vez más escasos.

Nadie está exento de convertirse en un refugiado climático puesto que se trata de un problema global que afecta a todas las regiones, desde las islas del Pacífico hasta las costas de África y las comunidades rurales de América Latina.

El cambio climático está exacerbando las amenazas existentes y magnificando los factores que contribuyen al desplazamiento de personas, desde la sequía hasta la violencia. Sin embargo, a pesar de las dificultades para cuantificar el número exacto de desplazamientos atribuibles al cambio climático, es evidente que la cifra seguirá aumentando si no tomamos medidas para mitigar sus efectos.

 

Fuentes: