¿En qué consiste el mercado de carbono?

Surgen de la necesidad de reducir las emisiones, con el objetivo de cumplir Kioto, y hacerlo al menor coste posible. ¿Cómo funcionan estos mercados?
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El cambio climático es un problema global, no local: para atajarlo, es esencial que se reduzca el volumen de CO2 que se emite, pero no es tan relevante dónde.

Los mercados de carbono surgen con la intención de obtener las reducciones de emisión necesarias (objetivos) al menor coste: quien pueda realizar las actuaciones de reducción a un coste no muy alto, las realiza. A quién le cueste más las compra, y ayuda a financiar, de esta manera, los proyectos de los primeros: así se consigue la eficiencia del sistema.

 

El mercado de carbono

Con este ánimo surgió el mercado de comercio de derechos de emisión europeo, en 2005. El objetivo era cumplir con los objetivos que establecía el protocolo de Kioto, y que la industria Europea contribuyera de la manera más óptima. Cada instalación emisora tenía un objetivo de reducción que cubrir, y podía cumplirlo o bien haciendo cambios tecnológicos que redujera sus propias emisiones, o bien, si esa opción era complicada y costosa, comprando derechos de emisión.

 

¿Qué es el Mecanismo de Desarrollo Limpio?

El protocolo de Kioto introdujo otro mecanismo, también ligado al mercado, pero de características algo diferentes: El Mecanismo de Desarrollo Limpio. Este mecanismo surge cuando se plantea cómo incentivar que los países sin obligaciones de reducción de gases de efecto invernadero emprendan una senda de desarrollo sostenible. Si un proyecto en un país en desarrollo reduce emisiones (ej: uno de energías renovables) puede vender esas reducciones de emisión (Reducciones certificadas de emisión externas) a empresas o países que las pueden utilizar en su cómputo para cumplir con sus objetivos. Se utilizan, por ejemplo, en el Mercado Europeo.

 

¿Funcionan Los Mercados de Carbono?

Con la crisis, el mercado de carbono europeo se ha encontrado con un problema: las emisiones reales iniciales han descendido mucho, debido no sólo a reducciones permanentes, sino sobre todo a una bajada de producción. La consecuencia ha sido un desajuste entre oferta y demanda, y una caída de precios tan espectacular que deja a este mecanismo sin poder para empujar el esfuerzo de mejora tecnológica con que se contaba.

Tanto el propio mercado europeo, como otros mercados más recientes o en fase de diseño (ej: el de California o el de Corea), han aprendido de la experiencia y están perfeccionado su diseño con innovadores mecanismos de estabilización de precios. En Europa, se encuentra en fase de aprobación una reserva cuyo objetivo es poder controlar los volúmenes, en caso de necesidad, para que los precios no sean ni tan altos que ocasionen cargas inasumibles, ni tan bajos que dejen inoperante al sistema.Es necesario que avancen tanto la implantación de las reformas que se plantean en los mercados, para que cumplan sus objetivos, como el compromiso de los países en reducir emisiones, que constituyen al final la base para que éstos mercados tengan sentido. Y es necesario que todo esto se realice de la manera más ágil posible: el planeta no va a esperar.