La sostenibilidad, carácter global y equitativo
Tres asuntos se asoman a este ámbito: la equidad en las relaciones con los otros; la escucha de las voces de quienes no tienen voz; y la glocalidad.Implicaciones de orden relacional
Tres asuntos se asoman a este ámbito de la sostenibilidad: la equidad en las relaciones con los otros; la escucha de las voces de quienes no tienen voz; y la glocalidad.
Respecto a la equidad en la interacción con los otros, el principio de justicia distributiva “Dar a cada uno lo suyo”, es válido para inspirar la equidad en las interacciones de la persona con las demás y de cada organización humana con el resto. En este siglo XXI de los deberes - el siglo XX fue el de los derechos: personales, sociales –, uno de los primeros imperativos morales individuales y colectivos es reconocer la alteridad, el derecho del otro a ser considerado y apreciado como humano, tenido en cuenta en su identidad y aceptado en sus diferencias.
Se trata de nuestra responsabilidad para con lo países en vías de desarrollo, mediante todas las ayudas que estén en nuestras manos. La asistencia oficial neta para el desarrollo (AOD) per cápita comprende los desembolsos de préstamos en condiciones concesionarias y las donaciones otorgadas por organismos oficiales de los miembros del Comité de Asistencia para el Desarrollo (CAD), por instituciones multilaterales y por países que no integran el CAD a fin de promover el desarrollo y el bienestar económico en los países que lo necesitan. Pero no sólo se trata de donaciones económicas, sino de cumplir con deberes morales a todos los niveles.
Las voces de quienes no tienen voz
Cada vez resulta más familiar observar que el mundo es interdependiente: que las acciones humanas tiene repercusiones indirectas sobre otros seres vivos, efectos actuales, diferidos o duraderos en el entorno próximo y en la amplia realidad de la Biosfera. Esta percepción ha ampliado los ámbitos de ejercicio de la ética desde el espacio privado, donde cada quien sopesa su trayectoria vital, y los umbrales familiar, comunitario, escolar, laboral o mercantil, la biodiversidad, la naturaleza, las generaciones futuras y las culturas indígenas originarias se han incorporado al universo de entes dignos de respeto, cuyas voces y demandas hemos de aprender a escuchar e interpretar.
Glocalidad
En un mundo cada vez más consciente de su globalidad crecen, sin embargo, incertidumbres, xenofobias y causas de exclusión (de matriz étnico, religioso, etc). La necesidad de seguridad, relación social y comunicación cívica del ser humano con otros seres humanos en un mundo globalizado, incierto por lo que trae consigo de nuevo, sólo puede satisfacerse sin conflicto mediante la participación en la gestión de los asuntos públicos, la configuración de comunidades electivas y la transparencia en la organización del bien común. Se precisa de una educación capaz de generar espíritu de cooperación y competencias interpretativas para reconocer y asumir la complejidad.
La glocalidad reclama de las Administraciones públicas una gobernanza sostenible y con mirada local y global al mismo tiempo; y de las organizaciones económicas, innovación y transferencia tecnológicas para alcanzar una economía baja en carbono, así como el ejercicio de su responsabilidad social.
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